Emigrantes españoles y familiares muestran su apoyo a Unidas Podemos como «la única fuerza que defiende a quienes han tenido que emigrar»

Personas emigradas, familiares y representantes destacados de IU y Podemos revelan la realidad que sufren cada día quienes se han tenido que desplazar a otro país en busca de un futuro mejor.

Iván lleva desde los 18 años viviendo en el extranjero, y desde los 16, tenía bien claro que en España «no iba a conseguir nunca un futuro digno». Por ello, ha vivido ya en tres países diferentes en condiciones muy precarias: «Tengo amigos que también se han tenido que ir por las mismas situaciones, y que han trabajado en empresas explotadoras, como las ETT en Holanda».

«Confío en que Unidas Podemos me devolverá a mi hijo»

El vídeo forma parte de una campaña promovida por la federación de Izquierda Unida en el Exterior (IU Exterior) y Podemos Exterior con el hashtag #UnidasPodemosExterior, a la que también se ha sumado la propia madre de Iván. «Es una pena ver cómo en el barrio van quedando solo las madres, los padres, o los abuelos… de aquí se han ido muchos», confirma. «Mi voto el 10 de noviembre será para Unidas Podemos, porque realmente confío en que ellos algún día me devolverán a mi niño».

«Ya hace años que, desde la emigración en general y desde Izquierda Unida en particular, en el exterior decidimos empoderarnos políticamente», explica en otro de los vídeos María Martínez, coportavoz de IU Exterior. «Nos cansamos de pedir que nos escucharan, nos cansamos de que otras personas tomaran las decisiones por nosotras y empezamos a trabajar políticamente en todos los temas que afectan a la emigración, como por ejemplo, la sanidad pública, la explotación laboral de españoles y españolas en el exterior, la campaña por un retorno digno, que es una de las más grandes y, por supuesto, por la derogación del infame voto rogado, que seguimos considerando una absoluta anomalía democrática».

«Se me rompe el alma»

«España ha sido siempre un país de emigrantes. Un país donde, desde la emigración, nos hemos buscado la vida como hemos podido ante la falta de respuesta de un Estado que no nos proporciona unas condiciones de vida mínimamente dignas», cuenta Juan desde Luxemburgo. Este jerezano reivindica la emigración como un fenómeno que viene ocurriendo en su propia familia: «Primero que lo tuvo que hacer mi abuelo, emigrando a Francia para hacer la campaña de la fresa. Después mi padre y mi madre, que tuvieron que irse a Canarias para buscarse la vida en la construcción y en donde pudieran, y ahora soy yo el que ha tenido que emigrar y recorrerse media Europa para poder encontrar esa vida digna que todos estamos buscando».

La familia de Juan aparece en otro vídeo. «A una madre se le rompe el alma cuando su hijo le dice: «No me encuentro bien, mamá. Os echo de menos»», lamenta su madre. «La verdad, es una pena que tengamos que hacer un sacrificio con los hijos, de darles una enseñanza, de darles unos estudios, y cuando tienes a tu hijo bien formado y debería empezar la vida, pues es una pena que se tenga que ir al extranjero», cuenta su padre. Su propio hermano teme acabar corriendo su misma suerte: «Sinceramente, creo que voy a ser yo quien termine yéndose al extranjero, en lugar de tú volviendo a España».

Apoyos institucionales

«Sabemos lo que son los domingos cuando se les llama por Skype», mencionaba en un mitin el coordinador general de IU Andalucía, Toni Valero. «Se lo vemos a nuestras madres y a nuestros padres cuando se les llama. Y después de la despedida, sabemos que es una despedida amarga, porque sabemos que no van a volver».

«Recordáis que hay 2,5 millones de españoles fuera que a lo mejor no pueden votar porque hay una cosa indecente que se llama voto rogado que no ha querido quitar el PSOE, aunque siempre se comprometió con nosotras», remarcaba en otro encuentro Eva García Sempere, la número 2 de Unidas Podemos en la lista encabezada por Alberto Garzón en Málaga. «Se comprometió en las distintas campañas, e impide que ahora mismo 2,5 millones de compatriotas nuestros puedan votar para sacar y frenar
el fascismo de nuestras instituciones».

El calvario del voto rogado

«Hemos tenido que sufrir un completo calvario para rogar el voto. Hemos tenido que pedir días en el trabajo. Muchos de fuera de Berlín han tenido que gastarse mucho dinero para venir a la embajada a rogar el voto. Y aún así, vamos a votar», dice Norma, gallega residente en Berlín (Alemania), en el vídeo. «Hemos hecho el esfuerzo y vamos a votar a Unidas Podemos porque son los únicos que garantizan nuestros derechos en el extranjero. Pero no es suficiente», añade. «Tenemos que convencer a nuestros familiares convencer a nuestros amigos de que, si quieren ver a sus seres queridos retornar, tienen que votar a Unidas Podemos, porque la izquierda tiene que estar fuerte en el Parlamento a partir del 10 de noviembre».

También en Berlín vive Jaime, procedente de una de las provincias españolas más afectadas por la despoblación: «En el exterior somos más o menos 2,5 millones de electores, españoles y españolas, quienes podemos votar este 10 N. Sin embargo, al final solo participamos en torno al 5% por una injusta ley electoral que nos hace pasar una yincana para poder votar».

Jaime constata una realidad a la que se enfrentan quienes tienen que hacer frente al conocido como voto rogado: «Por eso es muy importante que nuestros familiares, amigos, amigas, el vecino, la vecina, voten el 10 de noviembre y voten a Unidas Podemos para que podamos tener una ley justa con la que podamos participar, para que tengamos una circunscripción en el exterior que nos represente, para que podamos retornar con nuestros seres queridos y para que tengamos un país mejor al que volver».

La España vaciada

Precisamente desde Palencia, la candidata de Unidas Podemos al Congreso Rosa Zorita constata esta realidad: «En estos barrios, en estos pueblos, en estas ciudades de la España vaciada, se nota mucho ese hueco que habéis dejado. Es por eso que desde Unidas Podemos vamos a seguir luchando y trabajando para que podáis retornar».

«Todos en algún momento hemos tenido que salir fuera de nuestras ciudades, fuera de nuestros pueblos, para ganarnos el pan, como así hicieron los abuelos, nuestras familias, y toda la gente que nos ha precedido». Desde la «España vaciada» manda también su mensaje el coordinador provincial de IU Palencia, Iván Fradeja, quien anima a votar «para que el próximo 10 de noviembre Unidas Podemos pueda estar en el Gobierno para poner en práctica esas políticas de retorno para todos aquellos que habéis tenido que salir por motivos laborales, por motivos personales, por falta de trabajo en esta España vaciada, podáis regresar y desarrollar vuestro talento y vuestras posibilidades aquí en nuestra comunidad».

Por un retorno digno

«Llevo ya más de 5 años fuera de casa y, en estas elecciones, yo volveré a votar a Unidas Podemos», asegura Nerea, procedente de Extremadura, desde Dublín (Irlanda). «A mí, el día de mañana, me gustaría poder volver a mi tierra, me gustaría poder volver a casa, y para que eso ocurra, el país tiene que cambiar. Las trabajadoras tienen que estar por delante de las empresas y los bancos, y el único partido que garantiza esto es Unidas Podemos».

Alicia lleva ya nueve años viviendo fuera de España, concretamente en Bruselas (Bélgica). Procedente de Madrid, recuerda desde su «lugar común», el aeropuerto, por qué es necesario votar a Unidas Podemos: «Con ellos, una de las razones por las que yo me marché se puede conseguir paliar, que es derogar la reforma laboral y conseguir unas condiciones laborales dignas. Esto haría que muchas de las personas que, como yo, nos hemos tenido que ir, podamos volver».

«Ya que ellos y ellas no tienen, en su mayoría, la posibilidad de votar, nosotras deberíamos hacer el esfuerzo», concluye Mariana, desde Sevilla, en otro de los clips.

Acerca de IU Exterior

La Federación del Exterior de Izquierda Unida nació en abril de 2017 para movilizar políticamente a la emigración española y darle voz a sus reivindicaciones. Actualmente contamos con asambleas estables en Bruselas, Bélgica; Berlín y Frankfurt, en Alemania; Luxemburgo; Zúrich, en Suiza; en Lyon y Toulouse, en Francia; y en Buenos Aires, Argentina.