La federación ha realizado un simulacro de envío de documentación electoral hacia ocho países para constatar la disparidad de acceso al derecho al voto provocada por la vigencia del sistema de voto rogado y agravada por las restricciones por la covid 19.
Más de tres semanas para un envío realizado desde Suecia, 18 días desde Reino Unido y, una incógnita para los envíos realizados desde el País Vasco y Galicia a Argentina. Estos son algunos de los plazos de envío que se desprenden del simulacro realizado por la federación de Izquierda Unida en el Exterior (IU Exterior) para constatar la imposibilidad de remitir los envíos de documentación electoral y de las papeletas de voto a la emigración gallega y vasca llamada a votar desde el exterior en las elecciones autonómicas de este domingo, 12 de julio.
Tras denunciar en innumerables ocasiones la injusticia del voto rogado —que ha provocado que, desde su aprobación en 2011 por parte de PP, PSOE, CiU y PNV, el porcentaje de participación del electorado en el exterior nunca haya alcanzado el 7% de votos reales—, desde IU Exterior se decidió poner a prueba el proceso para mostrar a qué se enfrentan quienes intentan votar desde fuera de España. Así, con la colaboración de las federaciones de Ezker Anitza en País Vasco y de Esquerda Unida en Galicia, durante la semana del 15 al 22 de junio se procedió al envío de una serie de correos certificados de ida, a modo de envío de la documentación electoral. Del mismo modo, con la ayuda de militantes emigrados a ocho países de Europa y América Latina, se remitió otra serie de cartas a Galicia y Euskadi para completar el camino de vuelta que siguen los votos de aquellos electores afortunados que recibieron sus papeletas a tiempo. Al tratarse de envíos certificados, se pudo seguir su recorrido y contrastarlo con los plazos y fechas límite establecidos por la Junta Electoral (comprueba los códigos aquí). El contenido: una nota con el hashtag #DóndeEstáMiVoto, lema de la campaña.
En total, se realizaron 23 envíos desde y hacia ocho países distintos donde la federación de IU Exterior cuenta con militancia (Alemania, Argentina, Bélgica, Irlanda, Luxemburgo, Reino Unido, Suecia y Suiza). Lamentablemente, el envío desde Argentina no se pudo realizar dadas las restricciones de circulación vigentes en Buenos Aires.
Puedes acceder a la tabla completa aquí
«Comparar los resultados con los plazos oficiales establecidos por la Junta Electoral es poco alentador», señala Javier García, militante de la asamblea de IU Global desde Reino Unido y uno de los promotores de la iniciativa. Así, si las listas electorales hubieran sido impugnadas, la administración fijaba el 30 de junio como fecha límite para enviar las papeletas corregidas. Al mismo tiempo, los votos enviados después del 8 de julio no serían admitidos: apenas ocho días de margen para cruzar el océano, en muchos casos, en plena pandemia mundial. «Solo los electores de Alemania y Luxemburgo hubieran recibido sus papeletas a tiempo, mientras que los de los seis países restantes no hubieran podido votar».
En estas elecciones, 461.000 gallegas y gallegos (un 17% del censo electoral) están llamadas a las urnas en el exterior, frente a las 76.000 vascas y vascos (un 4%). En total, más de 2,5 millones de españoles y españolas viven fuera de España.
Comprueba el estado de los envíos que siguen actualmente en tránsito
- De Estocolmo a Bilbao (enviado el 15 de junio)
- De Santiago de Compostela a Londres (enviado el 19 de junio)
- De Bilbao a Buenos Aires (enviado el 22 de junio)
- De Santiago de Compostela a Buenos Aires (enviado el 19 de junio)
A pesar de que, gracias a las candidaturas Galicia en Común-Anova Mareas y Elkarrekin Podemos-IU se logró ampliar el plazo hasta el 11 de julio, esta ampliación solo supondría tres días para aquellos electores inscritos en el censo de residentes permanentes en el exterior (CERA), lo cual dejaría fuera a aquellos inscritos en el censo de residentes temporales (ERTA). De esta manera, siguiendo el simulacro, esta ampliación solo hubiera supuesto una diferencia a los votantes CERA en Bélgica y Suiza, quienes, aún así, hubieran recibido sus papeletas el último día del plazo.
«¿Aceptaríamos que el electorado de Pontevedra o Álava tuviera una probabilidad mucho más alta de no poder participar en el proceso electoral que aquellos de Bilbao o Coruña?», se pregunta María Perles, corresponsable de Acción Política de IU Exterior. «Pues esa es la realidad a la que se enfrenta el electorado emigrado en función de su país de residencia».
Aún suponiendo que las papeletas llegaran a tiempo para enviar el voto dentro de plazo, es necesario que este llegase antes del cierre del escrutinio: tras la ampliación de plazos, el 16 y 17 de julio respectivamente. Esto supondría que, de haberse enviado el último día del plazo (11 de julio), solo las cartas desde Alemania hubieran llegado a tiempo, y todas las demás hubieran quedado fuera del recuento. Por su parte, los electores residentes en Irlanda o Reino Unido deberían haber enviado su voto el 3 de julio. Para Argentina, donde solo para las elecciones gallegas hay más de 160.000 personas llamadas a las urnas, aún es peor: todavía se desconoce el paradero de los envíos.
La pesadilla del voto rogado
Uno de los múltiples problemas a los que se enfrenta la ciudadanía española en el exterior a la hora de ejercer su derecho al voto es poder realizar los distintos trámites necesarios por correo postal dentro de unos plazos que siempre son demasiado ajustados. Ya sean por papeletas que se reciben después del día de las elecciones, o votos que llegan a España cuando ya se ha cerrado el escrutinio, entre un tercio y la mitad del electorado exterior no es capaz de ejercer su derecho al voto, según el colectivo migrante Marea Granate. Si en condiciones normales esto supone de por sí un grave obstáculo, la convocatoria de elecciones en Galicia y País Vasco en plena pandemia mundial no ha hecho sino empeorar una situación ya de por sí insostenible.
Desde Unidas Podemos Exterior (Podemos e IU Exterior) expresaron recientemente su rechazo ante las circunstancias en las que se han convocado las elecciones, que han dificultado la derogación del voto rogado o la adopción de medidas para facilitar su tramitación. Tanto la candidatura de confluencia Elkarrekin Podemos en Euskadi como Galicia en Común-Anova Marea en Galicia solicitaron a la Junta Electoral Central que aquellos y aquellas residentes en el exterior que rogaron el voto para la fallida convocatoria del 5 de abril no tuvieran que volver a realizar todo el proceso para poder obtener la documentación electoral, siempre que dichos electores estuvieran inscritos en el CERA vigente para las elecciones de 12 de julio. Sin embargo, la JEC solo aprobó una leve ampliación de plazos y la facilitación de que la clave telemática para rogar el voto fuera la misma que la enviada para la anterior convocatoria.
Unidas Podemos Exterior respalda las demandas del colectivo migrante Marea Granate para eliminar las trabas que se imponen a los residentes en el exterior a la hora de ejercer su derecho al voto. Entre estas se encuentran no solo la derogación del voto rogado, la agilización de trámites censales o la ampliación de plazos, sino también la creación de una circunscripción electoral que represente a la ciudadanía española residente en el exterior.
Decenas de representantes de Galicia en Común y Elkarrekin Podemos, militantes y simpatizantes de Podemos Exterior e IU Exterior, estarán desde hoy en los consulados de todo el mundo para vigilar que el proceso electoral transcurra con toda normalidad y transparencia.
À propos de IU Exterior
La Fédération à l'étrangèr de la Gauche unie est née en avril 2017 pour mobiliser politiquement l'émigration espagnole et faire entendre ses revendications. Nous avons actuellement des assemblées stables à Bruxelles, en Belgique, à Berlin et à Francfort, en Allemagne, au Luxembourg, à Zurich, en Suisse, à Lyon et à Toulouse, en France, et à Buenos Aires, en Argentine. En outre, la fédération dispose de l'assemblée IU Global, à laquelle participent les militants dispersés dans le monde entier sans avoir accès à une assemblée locale propre.