“Nuestro reto principal es conseguir que el conjunto de militantes de IU en el exterior trabajen de forma organizada”

Entrevista publicada en el Nº 307 de la edición impresa de Mundo Obrero (junio 2017)

Eduardo Velázquez se dedica a la investigación y docencia universitaria en Alemania, después de haber pasado un año y medio en América Latina. Marta Mosquera es responsable política del PCE en Bélgica, allí vive desde hace más de tres años y trabaja como asistente parlamentaria con Javier Couso.

Mundo Obrero: ¿Cómo estáis coordinando el trabajo entre las federaciones históricas que funcionan con mayor o menor participación en diferentes países?
R:
La nueva federación de IU-Exterior nace porque entendemos que el contexto migratorio ha cambiado y necesitamos una nueva estructura que se adapte mejor al mismo. La estructura formada por las antiguas federaciones por países funcionaba bien en el contexto de la oleada migratoria de los años 60-70, en la que muchas personas emigraban a un lugar concreto, bien como “trabajadores invitados” en la industria, o en otro tipo de trabajos, y permanecían allí durante años, e incluso décadas. El fenómeno migratorio que da comienzo a partir de 2010 y a consecuencia de la crisis económica tiene características muy diferentes.

La mayor parte de las más de 2,5 millones de personas que han salido fuera de España en los últimos siete años se concentra en las grandes y medianas ciudades de países como el Reino Unido, Alemania o Francia, pero también hay gente que vive en otros países europeos como Austria o Suiza y también en América Latina, EEUU e incluso Asia. La existencia de las antiguas federaciones históricas en países como Francia, Alemania o Bélgica planteaba el problema de cómo coordinar el trabajo de los y las militantes que vivían en otros países. La nueva estructura organizativa permite por un lado un contacto más directo entre la militancia y las estructuras de IU-federal y por otro lado, que las personas que viven en lugares distantes de aquellos en donde funcionaban las antiguas federaciones por países puedan incorporarse a IU-Exterior.

M.O.: Con el voto rogado la participación electoral bajó del 32% en 2008 al 6% en 2016. ¿Cómo está afectando esta modificación de la ley electoral a la representación de los 2,5 millones de españoles que viven en el extranjero?
R:
La reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral aprobada por el PP y el PSOE en 2011 ha afectado de forma muy negativa a la participación de las personas migrantes. Es importante decir, en primer lugar, que el hecho de “rogar” un derecho constitucional ya es, en sí mismo, una flagrante injusticia.

La complejidad del proceso desestimula la participación de muchas personas, a veces porque no pueden pedir días libres para ir a solicitar el voto al consulado que les corresponde, que en muchos casos está a cientos o miles de kilómetros de residencia. Otras veces, las papeletas no llegan a tiempo. Y no sólo eso, sino que además se han producido graves irregularidades como la exigencia de documentos sin ninguna base legal para darse de alta en los censos de residentes temporales, o las notificaciones por parte del ministerio a algunos consulados para que no admitieran a más gente en los mismos. Por todo ello, el voto rogado vulnera los derechos constitucionales de igualdad y derecho a sufragio, así como el Estatuto de la Ciudadanía en el Exterior.

M.O.: ¿Qué otros derechos fundamentales se les ha quitado a los españoles que han tenido que salir a buscarse una salida laboral y vital en otros países?
R:
A las personas migrantes de nacionalidad española se les negó el derecho a la asistencia en el sistema público de salud en el caso de que regresaran de forma temporal o permanente al país. Por otra parte, han de enfrentarse a la realidad legal, administrativa y laboral del país de acogida con poca o ninguna asistencia por parte de los consulados. Han sido los propios migrantes desde los movimientos sociales los que han hecho frente a esta necesidad mediante la organización de redes de solidaridad como las Oficinas precarias o el Grupo de Acción Sindical (GAS) de Berlín (Alemania).

Además, también han sido afectados por las políticas de recortes. El hecho de que más de dos millones de personas se hayan marchado fuera de nuestro país por la falta de expectativas laborales y vitales en el mismo ha sido y es insuficientemente tratado en el debate. Las necesidades de los y las emigrantes han sido ignoradas desde el principio por parte del gobierno, con un discurso entre negacionista y reduccionista del fenómeno migratorio.

M.O.: ¿Cuáles son las prioridades que os planteáis para este primer año de funcionamiento?
R:
Nuestro reto principal es conseguir que el conjunto de militantes de IU en el exterior trabajen de forma organizada independientemente de la ciudad, el país y el continente en el que se encuentren. También queremos reforzar las asambleas de base ya existentes y crear nuevas asambleas. Asimismo, deseamos que la militancia se implique en el trabajo sobre los conflictos laborales que afectan a los migrantes participando en las redes de solidaridad ya existentes y contribuyendo a generarlas en los lugares donde aún no estén.

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